ESCAPADA POR EL PIRINEO OSCENSE, BORDA CHIQUIN:
Como de todos es sabido la gastronomía
de los valles pirenaicos está repleta de un sinfín de platos típicos populares,
desde carnes a la brasa, pasando por cocidos a fuego lento y llegando al que
particularmente en mi familia nos hace escaparnos 3 veces al año a degustarlo,
LAS MIGAS DE PASTOR.
El plato es muy simple y muy
conocido por casi todos nosotros, aunque sea algo muy sencillo de elaborar.
Para el que no lo conoce es una base de migas de pan acompañada por grasa; chistorra,
chorizo, jamón, tocino, sebo…… bueno aquí lo que el chef decida, ahí radica su diversidad
y su encanto, en algunas zonas les añaden uva, en otras huevo frito y en otras
sin más se sirven así mismo, sin más añadidos que esa buenísima grasa.
Muchos son las bordas, hostales o
restaurantes en los que he parado a degustarlas, sobre todo en el Valle de
Tena, Sallent de Gállego, Tramacastilla, Escarrilla, etc. También en la
Jacetania (Canfranc, Jaca) y pasando por el valle de Hecho. En cada sitio su
toque de distinción que le hace ser un plato contundente para comenzar una
buena sentada en torno a una mesa.
Pero para degustar las que
particularmente más nos gusta no tenemos que ir tan lejos, ya que en el valle
de Ansó, en la carretera que lleva desde el pueblo que da nombre al valle hacia
el refugio de Zuriza, aproximadamente a 8 kilómetros, unos 15 minutos en coche,
tenemos BORDA CHIQUIN, una borda familiar que con un simple menú de 4 primeros y
4 segundos hace las delicias de todos los que se desplazan por la zona a disfrutar
de las montañas limítrofes del valle navarro del Roncal y de las primeras
cumbres del pirineo oscense.
En BORDA CHIQUIN el menú es a
precio fijo, son 20 € por comensal y el pago tiene que ser al contado, no
admite tarjetas de crédito. Disponen de un acogedor comedor interior como para
unas 40 personas, excelente para días fríos, pero si vais en los meses de
verano a mí me gusta sentarme en la terraza exterior que van distribuyendo a
demanda por todo el espacio exterior de la borda, a la sombra de unos espectaculares
árboles que presiden la entrada al recinto.
Para comenzar nos ofrecerán unos
primeros platos que consisten en potaje del día, sopa de cocido, sopa de
pescado o las MIGAS DE PASTOR, que particularmente yo no las he comido así de
bien en ningún sitio, pero deciros que si no sois de migas las perolas de sopa
y de potaje se van distribuyendo por las mesas sin ton ni son, las chimeneas que
se van generando por las mesas son dignas de inmortalizarlas.
Entre platos, y esto es una de
las cosas que a mi me sorprendió, y que quiero remarcar que es una idea genial,
te ponen una ensalada de lechuga, tomate, cebolleta y aceitunas aderezadas por
aceite de oliva y por un vinagre de vino potente, que yo no se que tiene pero
que te abre el estómago para poder afrontar el segundo asalto del día, si
señores, un gran acierto, preparados para el segundo.
De segundo da igual que pidas,
está todo buenísimo, desde rabo de toro, carnea a la brasa, carne a la
cazadora, sorprende lo bueno que está el bacalao al ajoarriero y por supuesto,
el plato que es el compañero ideal para las migas de pastor, las CHULETILLAS DE
CORDERO, que decir de ellas, manjar ancestral de los pastos de cualquier
geografía de la península y que gustan por igual a grandes y a chichos
Si aún te quedan fuerzas puedes
rematar la jugada con un postre casero, antes de emprender la búsqueda de
alguna sombra cercana, para poder emprender en condiciones el viaje de regreso
a casa.
Mientras repasaba estas líneas
estaba pensando que hoy mismo es un buen día para hacer una escapada al valle
de Ansó y Zuriza, ahhhh importante, yo suelo reservar siempre cuando voy a
estos sitios, sino la espera puede ser larga, asegúrate siempre una mesa cuando
vayas a sitio fijo porque sino te puedes llevar sorpresas, la aventura es para
intrépidos.
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