RESTAURANTE MIJEDO, ALGO MAS QUE MARISCO
Después de haber realizado un par
de crónicas de nuestra tierra creo quiero volver a salir a tomar unas pequeñas vacaciones,
aunque sea por este fin de semana. Es extraño observar el mapa del tiempo y ver
pasar los días comprobando que la lluvia hace caso omiso del norte de nuestro
país, si, ya se que es carnaval, y que apetece quedarse por aquí y disfrutar de
esta maravillosa tradición popular, pero ¿quién no ha pensado viendo el panorama
el hacer una escapada de fin de semana por la costa?
Uno de mis sitios preferidos para
escaparme, es verdad que mayoritariamente lo hago en verano, es la siempre
turística localidad cántabra de Noja, donde mar y gastronomía van de la mano.
Como quien dice he visto crecer esa localidad desde pequeño, recuerdo que no
tenía ni 10 años cuando pasábamos allí una quincena entera de nuestras
vacaciones, cuando el Camping Playa Joyel, uno de los mas laureados de nuestra geografía,
aún era un descampado vallado, lleno de eucaliptus, y que la inmensidad de
bloques de apartamentos que hay en la actualidad no estaban ni en los planos de
los estudios de arquitectura. Para que os hagáis una idea la leche la traían en
cántaros a la puerta del camping los lecheros de las vaquerías cercanas…¡¡Que
tiempos, como hemos cambiado!! Pero en fin vamos al lío que si me pongo a
escribir hecho la tarde.
Como os podéis imaginar la oferta
gastronómica de la localidad de Noja es amplísima y más tratándose de una
comunidad en la cual mar y montaña están íntimamente relacionadas, bueno como
todas las comunidades cantábricas. De esta oferta hay dos locales que
verdaderamente no puedo dejar de visitar en las vacaciones, el primero de ellos
es……..XXXXX ehhhhh, no no, eso será otro capítulo, y el segundo es el
RESTAURANTE MIJEDO.
Situado en la playa de Trengandín
de la localidad, y más concretamente en el barrio de Helgueras, el restaurante
Mijedo tiene dos comedores a los cuales se accede por partes distintas. El
primer comedor es un pequeño comedor de estilo rústico que se accede por la
barra del bar, en la cual el vino y la caña viene acompañada de su
correspondiente tapa de gambas saladas, empezamos bien, además tienen un
pequeño vivero donde seleccionar tus nécoras u otros mariscos que te apetezcan
de aperitivo, todo ello enfrente de la playa con unas vistas espectaculares; y
un segundo comedor que se accede por la terraza lateral de verano, que es el más
impresionante, ya que su tamaño es muy superior al anterior y sus paredes son
de piedra vista, y para rematarlo preside el mismo un vivero de buen tamaño en
el cual los niños pueden dejarse los mocos contemplando a las langostas,
nécoras, bueyes y bogavantes disfrutar de sus últimos momentos en este planeta.
Ambos comedores están rodeados de
cuadros con fotografías de gente conocida que ha ido a comer a Mijedo y se ha
retratado con el propietario, así como recortes de la prensa cántabra con
artículos referentes al restaurante.
Las comandas como buen restaurante
que se precie las recoge el propietario y a mitad y final de comida siempre
tiene unas palabras para cada mesa, hay gente que no le gusta, pero a mí sí, ya
que pagas que te sientas un poco importante, ¿o no?
Si me gustaría comentaros que es
importante realizar reserva para acceder a él, bueno esto es una recomendación
que os hago siempre pero en este caso es clave, y os voy a decir el porqué; el
primer motivo es porque si no reservas te vas a dar media vuelta y a otra cosa
mariposa, y el segundo es porque las
especialidades que van por encargo te la ponen en la mesa en el momento que
llegas al restaurante, si, si, no te pienses que vas a estar eligiendo, esperando,
bebiendo media botella de vino y comiéndote el bollo de pan, no no, tu pides un
arroz con bogavante por encargo a las 3 y a las 3 te sientas y a comer, como diría
aquel, en dos palabras, IM PRESIONANTE. Eso a mi me fascinó la primera vez que
lo hice. Eso sí, el primer día que fui allí fuimos a la carta y nos tocó hacer
el plan inicial, así salimos…….
Metidos en faena tenemos las
siguientes opciones:
-La mariscada: impresionante
mariscada compuesta de bogavante, gambas, langostinos, percebes, nécoras,
centolla…… lo típico, pero con un plus, que no me había tocado nunca, te
preparan una ensalada de cebolleta fresca con patata y huevo duro que han sido
cocidos con el marisco, ¿qué? ¿Como te quedas?, pues sensacional, ahí se va el
pan, ahí…… Bueno y estamos en los meses con “R”, cuando el marisco está en
mejores condiciones para comer, o eso comentan los supertacañones. A mí me sabe bien todo el año, luego 2 pastillas para dormir en vez de una y aparkau.
- La parrillada de pescado: en
fin, es el primer plato que comimos allí no te digo más que volaron casi dos
botellas de albariño, bastante material de pescado de roca de excelente
calidad, precedida de una parrillada de navajas y un pulpito a la gallega que
quita el sentido. Pero también tienen pescados a la brasa, pescado salvaje de calidad
espectacular, Rodaballo salvaje, Lubina de anzuelo o Besugo de anzuelo… la
carta de pescados es generosa.
- Arroces con bogavante y paellas
de marisco: que decir, de todo es sabido que el arrocito bien cocinado con una
materia prima de primera calidad y del cantábrico pues que es otra opción
cojonuda.
- Las Carnes: aquí un personaje
de la casa pues nos ha salido rarito y claro el pescado lo tiene prohibido,
pero entre lo que le manga a sus padres de langostinos, bogavantes y demás se
mete unos solomillos o Txuletas que ni os cuento. De todos es conocida la
calidad de la carne cántabra y la que tienen en el Mijedo pues no le va a la
zaga. Aún recuerdo aquellas costillas de cordero que se pidió la primera vez
que fuimos. La segunda se las comió su madre, jajajaja.
Claro de entrantes no os digo
nada pero la carta de entrantes es amplia, lo que pasa que si empezamos a sumar
la cartera te va a hacer piticlín piticlín…..
Los postres, si llegáis caseros y
en abundancia, pero como en todo restaurante de esta índole que se precie, aunque
siempre os digo lo mismo, se suele acabar como para café y punto.
Y ya para terminar tarjetica ……. Y
sombrita, que nos lo hemos ganado, jejeeje, aunque un refrigerio en la terraza
tampoco entraría mal ¿verdad??? El coche puede esperar.
Bueno, espero que os haya gustado
esta escapada a la turística localidad cántabra de Noja, y a la cual tengo
mucho cariño desde mi infancia, y recordar, nos toca volver para descubrir el
primero de los restaurantes predilectos de esa zona, aunque algunos ya lo sabéis….
silencioooooo
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